miércoles, 17 de abril de 2013

La escafandra


No hay que confundir a un ser querido con su cuerpo, como no hay que confundir una persona con una de sus camisas.

La partida de un ser querido duele porque estamos acostumbrado a asociarlo a su cuerpo ahora inerte.

Creo que nuestro cuerpo es como una escafandra de un astronauta. Venimos a cumplir un objetivo y nuestro cuerpo es el instrumento con el que actuamos en este planeta.

Cuando hablamos con alguien vía Skype puede haber algún problema con la computadora y perder la conexión: nunca pensamos que la otra persona ya no existe, sólo sabemos que por cierto tiempo no podremos comunicarnos.

Miguelina sigue viva en un espacio con el cual no puedo comunicarme por no poseer medios de apropiados.

El objetivo es conocer más sobre ese espacio al que van las almas y estudiar mecanismos de contacto entre este espacio y nuestra realidad.

JK

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